Siempre a la moda...por supuesto!

Hoy he sido agracidada con la maravillosa (y sorpresiva) visita de uno de mis primos, su mujer y el niño (al cual podemos llamar ,por ejemplo, la pelusilla. Desde el cariño siempre ¿eh?).Hemos pasado una amena tarde de cotilleos consanguineos hasta que mis narices no podian más con la hiperactividad de la pelusilla alrededor de todo lo que podia caerse al suelo y romperse y hemos decidido bajar a esperar en la calle la llegada del tio.
Entre unas cosas y otras - a Diox pongo por testigo que no sé como ha dado con ello- nuestra pelusilla inquieta ha encontrado el chaleco reflectante. Y... he aquí la continuación de la escena:

-Mami, yo quiero uno.(por si con 7 años ha de pasearse en mitad autovia no le pisen los coches).

—Pero Pelusilla, lo mejor es que esperes a hacerte mayor, ¿no crees? Más que nada porque si lo compras ahora, cuando crezcas ya no te valdrá.

—Nooo, da igual, yo lo guardo y cuando sea mayor se lo podré dar a mi hijo.

—Pero si tú no querías tener hijos.

—Ya, bueno, pues cojo uno, da lo mismo.

No sé qué me descoloca más (dejando a un lado el que una pelusilla de 7 años se plantee ya saber si quiere tener descendencia o no)
-> el hecho de que quiera un chaleco reflectante,
->el que lo considere un patrimonio familiar digno de ser transmitido de padres a hijos
->o el que quiera "coger" un hijo sólo para tener a quién legar ese magnífico tesoro.